En respuesta a la llegada de Salvatore Mancuso a Colombia, Álvaro Uribe Vélez, expresidente del país, salió al paso de las afirmaciones del ex-jefe paramilitar, calificándolo de mentiroso y negando cualquier encuentro con él. Uribe, mediante un video publicado en redes sociales el 28 de febrero, desmintió las supuestas visitas de Mancuso a su finca en el Ubérrimo y anunció su determinación para demostrar su inocencia.
Uribe explicó que autorizó la extradición de Mancuso hace 16 años debido a informes sobre actividades delictivas en la cárcel de Itagüí, donde este se encontraba después de su desmovilización en 2004. Aseguró que temía una posible fuga similar a la ocurrida en la Cárcel de La Ceja. Además, el expresidente reveló detalladamente una serie de encuentros en Estados Unidos, durante los cuales, según él, Mancuso buscó obtener beneficios a cambio de información sobre supuestos vínculos con el paramilitarismo, acusaciones que considera difamatorias.
Uribe desestimó las declaraciones de Mancuso sobre reuniones en el Ubérrimo, negando rotundamente cualquier encuentro y alegando que estas afirmaciones son represalias por su extradición en 2008. También refutó las acusaciones sobre su presunta implicación en la muerte de figuras políticas y masacres, defendiendo la seguridad proporcionada a alcaldes y gobernadores durante su mandato.
El expresidente expresó su compromiso de defender su buen nombre y minimizó la importancia de las declaraciones de Mancuso, subrayando que este es el único que ha mencionado su nombre para obtener beneficios de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
Mientras tanto, Salvatore Mancuso permanece en La Picota, Bogotá, bajo fuertes medidas de seguridad, a la espera de contribuir ante la JEP y Justicia y Paz para esclarecer la verdad del conflicto y respaldar la paz propuesta por el presidente Gustavo Petro.
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