El pasado viernes (08.03.2024), un jurado en Nueva York declaró culpable al expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, de tres cargos relacionados con narcotráfico y armas después de un juicio que se prolongó por poco más de dos semanas. Actualmente, Hernández enfrenta la posibilidad de recibir múltiples cadenas perpetuas por conspirar para traficar drogas a Estados Unidos y por su implicación en el porte y tráfico de armas.
El veredicto unánime fue escuchado por Hernández sin expresar reacciones, pero al abandonar la sala, dirigió unas palabras a sus dos cuñadas, ya que su esposa no pudo viajar debido a la negación de su visado por parte de Estados Unidos. Hernández proclamó su inocencia y expresó su afecto hacia ellas, instándolas a transmitirlo al mundo. Al conocer el veredicto, un grupo de hondureños que se encontraba fuera del tribunal comenzó a celebrar.
La acusación sostiene que durante su presidencia (2014-2022), Hernández estableció un «narcoestado», conspirando para traficar drogas y armas, y portando ametralladoras. Según los investigadores, durante su tiempo como diputado, presidente del Congreso y posteriormente presidente de la República, protegió a una red que envió más de 500 toneladas de cocaína a Estados Unidos, recibiendo a cambio millones de dólares de carteles de drogas, incluido Joaquín «Chapo» Guzmán.
A pesar de la falta de pruebas concluyentes, como videos, audios o comunicaciones interceptadas, durante el juicio, el jurado se dejó convencer por los testimonios de reconocidos narcotraficantes que declararon contra él en busca de beneficios carcelarios. El abogado de Hernández, Renato Stabile, reconoció la dureza del veredicto, pero afirmó que su cliente se mantiene «mentalmente fuerte». La sentencia definitiva podría anunciarse en los próximos meses.